domingo, 29 de abril de 2012
LA VIDA ES UN ARBOL
La vida es como un árbol que da frutos:en ocasiones lo ignoramos
otras veces escogemos probar sus frutos.
•Unos frutos son dulces , buenos y añaden placer a nuestra vida.
•Otros frutos son amargos, agríos , estan pasados, pudriéndose y
nos hacen mal...
Hay quienes escogen siempre vivir amargadas y quienes buscan
siempre lo mejor para disfrutarlo y compartirlo . La elección es Nuestra!
Hay días en los que amanecemos con todas las penas y nostalgias del mundo, extrañando tiempo pasados, tiempos que antes fueron importantes pero que quedaron en sólo eso: “instantes“.
La vida está llena de esos pequeños momentos. Los guardamos y atesoramos en una mágica caja que contiene todas nuestras emociones y sentimientos vividos. En los días tristes las sacamos y revivimos con el corazón. En unas ocasiones nos producen melancolías, otras sin embargo pueden darnos fuerza para el día que afrontamos.
Miles de personas pasan por la vida, pero sólo unas pocas se quedan en la mente o mejor aún… en el corazón.
Estamos en este mundo por y para algo, nada es casualidad, sino causalidad. Todo lo que se hace ya estaba escrito.
Lo que tenemos que hacer para que nuestro paso por la vida no sea sólo un nombre o un número de identidad, es tratar de ser una persona que se recuerde, dejar una enseñanza, que se nos recuerde por las buenas obras hemos hecho, por la ayuda desinteresada a nuestros semejantes…
¡Qué diferente sería nuestro mundo si mirásemos con los ojos del corazón!
De ese modo nos daríamos cuenta de las cosas que suceden a nuestro alrededor, quizás nuestros rencores del pasado serían suavizados por nuestra forma de ser, y todo lo veríamos desde otra perspectiva, con mucho más bondad, incluso para quien tanto daño nos hizo.
Muchas veces conocemos los problemas de nuestros amigos y familiares pero no comprendemos porqué actúan como lo hacen.
Estamos convencidas de que lo haríamos mejor.
Pero es fácil opinar y juzgar sin estar realmente en la posición de los demás. Mejor sería que aprendiéramos a intentar escuchar y comprender porqué actúan así. Identificarnos, ponernos sus zapatos. —
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